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5 Consejos Para Tener Éxito En La Contabilidad Del Carbono

Dominar los conceptos clave en torno a la táctica de evaluación

  • Definir el mayor alcance del análisis de vulnerabilidades
  • Personalizar su evaluación para optimizar los resultados
  • Ser consciente de las limitaciones inherentes del proceso
  • Mantener activo el proceso más allá de sus conclusiones iniciales

Aumento de la temperatura media, disminución de la capa de hielo, subida del nivel del mar, fenómenos de retroalimentación con efecto amplificador… Recientemente corroborado por el último informe del IPCC, estas amenazas son cada vez más tangibles tanto para los ciudadanos como para las instituciones. Y a medida que emerge esta conciencia colectiva – que sólo podemos esperar que crezca – la contabilidad del carbono parece ser el remedio para todos los males medioambientales de las empresas. Aunque está claro que la contabilidad del carbono permite evaluar el número de emisiones atribuibles a una organización, tanto el ámbito político como el económico tienden a subestimar su interés.

Debido a la falta de sensibilización y motivación interna de las organizaciones, estas evaluaciones siguen dando lugar a un statu quo en el que nadie se siente responsable del seguimiento de los indicadores medioambientales. Sin embargo, el éxito de una auditoría del carbono depende sobre todo de su apropiación por las partes interesadas.

Deepomatic ya ha evaluado sus emisiones en dos ocasiones. Estas estimaciones se realizaron internamente para comprender todos los mecanismos implicados y adaptarlos a los complejos mecanismos del sector digital. Nuestro objetivo al compartir nuestra experiencia es estimular a todas las organizaciones para que utilicen estas herramientas y se beneficien de su potencial. Estos son nuestros cinco consejos para una evaluación eficaz. 

CONSEJO 1: DOMINAR LOS CONCEPTOS CLAVE EN TORNO A LA TÁCTICA DE EVALUACIÓN

En nuestra opinión, el primer paso para que el proceso sea sostenible es entender cómo funciona el sistema de contabilidad. Una vez finalizado el trabajo de evaluación, quien lo ha pedido/ encargado obtendrá parámetros cuantificados que le permitirán orientar la estrategia de la organización. Pero detrás de la aparente neutralidad de las cifras, hay métodos y sesgos que los empleados deben comprender para que el proceso continúe activo más allá de sus conclusiones iniciales. Entre los conceptos que debían ser asimilados, algunos nos resultaban esenciales. 

Existen varios estándares para estimar las emisiones o someterlas a evaluación. Todos ellos tienen sus requisitos, ya sea la lista de gases de efecto invernadero (GEI) que se tienen en cuenta o el alcance del perímetro que debe adoptarse. Estos estándares están asociados a herramientas que les permiten cumplir con estas diferentes convenciones. Todas tienen en común que se basan en el uso de factores de emisión. Estos factores son coeficientes que permiten convertir los datos de actividad de una organización en emisiones equivalentes de gases de efecto invernadero mediante cálculos simples – como la multiplicación de una cantidad dada por el factor adecuado para obtener un equivalente de carbono.

Todas estas evaluaciones tienen en cuenta el impacto de una lista determinada de diferentes GEI. La razón por la que hablamos sobre todo de CO2 es que el dióxido de carbono se utiliza como base para simplificar las operaciones. En efecto, todos estos gases, cuya principal propiedad es su capacidad para absorber parte de las emisiones compuestas de infrarrojos, no tienen el mismo grado de nocividad para la atmósfera. Utilizamos la unidad Poder de Calentamiento Global (PCG) para facilitar la comparación y la conversión del impacto de estos gases en CO2eq. Esta unidad unificada permite cuantificar el impacto de distintos gases.

CONSEJO 2: Definir el mayor alcance del análisis de vulnerabilidades

Hay varios motivos por los que las empresas optan por este planteamiento. De lo más estético a lo más relevante: reforzar su marca de empresa, sensibilizar a los trabajadores de la empresa, obtener órdenes de magnitud, promover las acciones de mayor impacto y, por último, desde una perspectiva más estratégica, identificar sus puntos vulnerables ante el aumento de los precios de la energía. 

En la actualidad, parece imposible escapar a los riesgos del cambio climático. Pero es posible anticipar estos cambios y ser menos vulnerables a ellos – empezando por tener en cuenta el perímetro operativo y organizativo más amplio a la hora de evaluar las emisiones.

Algunos estándares y reglamentos no exigen que se tengan en cuenta todos los perímetros de emisión. Sin embargo, la mayoría de estas emisiones suelen incluirse en la categoría de otras emisiones indirectas. Por ejemplo, el ambito 3 representa el 94% de las emisiones de GEI de Deepomatic. No tenerlo en cuenta significaría no prever un factor importante de vulnerabilidad.

Lo mejor es considerar conjuntamente si la organización es responsable y dependiente de esta fuente de emisiones. En el caso de Deepomatic, consideramos necesario tener en cuenta el impacto de la externalización de nuestra anotación. Pedimos a nuestros colaboradores que facilitaran información sobre su espacio de oficinas, consumo energético e infraestructura informática para asignarnos una parte de nuestro impacto proporcional a nuestra cuota de sus ingresos anuales.

CONSEJO 3: PERSONALIZAR SU EVALUACIÓN PARA OPTIMIZAR LOS RESULTADOS

Como se ha visto anteriormente, las herramientas de contabilidad ofrecen un conjunto de factores de emisión cuya finalidad es facilitar la estimación cuando es imposible realizar una medición directa. Estos factores son validados por diversas autoridades en función del país de producción. Aunque proceden de un proceso riguroso, a veces presentan márgenes elevados de incertidumbre que deben corregirse para aproximarse lo más posible a la realidad. 

Por ejemplo, la fuente principal de algunos sectores como el nuestro son los insumos y servicios. Sin embargo, las herramientas del Bilan Carbone ® solo propone factores de emisión monetarios para tenerlos en cuenta. La idea es que un gasto de X€ multiplicado por el factor específico de un sector determinado sea igual a Y kgCO2eq. Debido a la incertidumbre, su uso no valora los esfuerzos en términos de selección de proveedores. Por eso recomendamos a todas las organizaciones que establezcan un diálogo con sus interlocutores para obtener información que permita adaptar el factor de emisión de datos genéricos a datos personalizados. 

Muchas veces, simplemente no hay un factor adecuado. Nos encontramos con este problema al tratar de evaluar el impacto de nuestro uso de la nube. Dado que nuestra actividad es a la vez responsable y dependiente de este elemento, nos hemos planteado desarrollar nosotros mismos un método para obtener un orden de magnitud e integrar un factor de emisión realista en nuestra herramienta contable. 

CONSEJO 4: SER CONSCIENTE DE LAS LIMITACIONES INHERENTES DEL PROCESO

Las evaluaciones permiten medir el impacto de los gases de efecto invernadero distintos del CO2, pero es fundamental tener en cuenta todas las limitaciones de este enfoque. De hecho, la contabilidad del carbono responde a los retos del cambio climático, pero ignora otros fenómenos igual de preocupantes.

Por ejemplo, no nos informan sobre otras cuestiones como el consumo de recursos abióticos, el consumo de agua o la reducción de la biodiversidad. Como recordó la hidróloga especializada en la resiliencia de los territorios ante los riesgos climáticos extremo, Emma Haziza, hay agua detrás de cada kWh consumido. Esta observación se aplica especialmente al sector tecnológico, que depende de una gran industria extractiva que requiere mayores cantidades de agua. 

Este ejercicio contable no sólo es la primera piedra en la construcción de una política medioambiental ambiciosa: también es el enfoque más exitoso que hay en la actualidad. Pero eso no significa que el indicador de CO2 deba ser nuestro único foco de atención. La contabilidad del carbono sólo da acceso a una parte de un problema medioambiental mucho más amplio y sistémico.

CONSEJO 5: MANTENER ACTIVO EL PROCESO MÁS ALLÁ DE SUS CONCLUSIONES INICIALES

Para evitar el riesgo de la inacción, creemos que es esencial que el proceso vaya más allá de la producción de resultados.

La contabilidad del carbono debe considerarse un proceso reiterativo, orientado a la mejora continua. Es demasiado complejo para una organización ajustar todos los factores monetarios de las emisiones en el primer intento. Lo ideal sería que cada revisión fuera una oportunidad para determinar qué se puede mejorar para mantener el compromiso de los empleados con la iniciativa. También son bienvenidas las actualizaciones periódicas sobre las medidas aplicadas para reducir las emisiones o sobre su evolución. Desde que terminamos nuestro segundo Bilan Carbone ®, Hemos intentado establecer un sistema de evaluación prácticamente continua de nuestras emisiones para informar trimestralmente a nuestros empleados.

Para lograr la máxima eficiencia, estas cuentas deben cumplir primero una finalidad: un mejor conocimiento de nuestro impacto para reducirlo e informar a nuestros grupos de interés. Afirmar que es "neutro en carbono” al compensar sus emisiones con el único fin de comunicar no tendrá ninguna virtud a largo plazo. El reto reside en convertir las conclusiones extraídas de la evaluación del carbono en acciones concretas. En Deepomatic, hemos establecido restricciones de transporte, animando a nuestros empleados a utilizar modos de transporte poco emisivos y optimizando sus desplazamientos.   

Participar y compartir: esas son las palabras clave para mantener activas estas cuentas. Si queremos que el planteamiento sobreviva a sus resultados, debe implicar a todos sus empleados directos informándoles y solicitándoles con regularidad. Posteriormente, debe extenderse a todas sus partes interesadas, animándolas a definir su huella e informándolas de los cambios que se produzcan en la misma.

CONCLUSIÓN

La contabilidad del carbono no es más que una herramienta intangible, un conjunto de normas y convenciones. Aunque incluyen información y objetivos de actuación, no se garantiza su uso ni la interpretación de los resultados. Hay que tratarlos con cuidado y ajustar las estimaciones con el tiempo. En Deepomatic, nos comprometemos a garantizar que la política medioambiental de la empresa tenga un fuerte impacto en la forma en que se crea y diseña nuestro producto. a obtención de datos fiables sobre nuestra actividad y huella digital es el principal objetivo de nuestra política medioambiental. El objetivo es crear indicadores de resultados sostenibles sólidos y fácilmente identificables, además de los indicadores económicos tradicionales.

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