A medida que crece la demanda de redes de conectividad cada vez más rápidas, la fibra óptica parece estar en auge, contando con muchos países que han establecido planes de despliegue para un futuro próximo. Mientras que Francia, Portugal y España empezaron a construir su red en la década de 2000 y se encuentran en una fase avanzada de conexión de abonados, el resto de países cercanos acaban de iniciar la fase de construcción de su red de fibra. Hay mucho en juego para las empresas encargadas del despliegue: cuanto antes se construya y entre en funcionamiento la red, antes se generarán ingresos los operadores.
Por ello, los operadores se enfrentan en una intensa batalla por sus territorios: depende quién construya y despliegue su red más rápido, ya que la norma es que "el primero se lo lleva todo". Sin embargo, es común tener que realizar trabajos laboriosos para desplegar una red, como :
- Excavación de zanjas, respetando las normas de tamaño y materiales que deben depositarse en ellas para proteger la red de fibra;
- Creación de cámaras subterráneas de fibra óptica, que son espacios seguros donde se tira de la fibra a través de conductos de cableado y se conecta a los equipos de red;
- Instalación de equipos de red, como armarios de calle o cajas de fibra aérea en postes, etc.
Desde esta perspectiva, está claro que desplegar con rapidez es un verdadero desafío.
Sin embargo, el mundo de la fibra óptica sufre, como muchos otros, de una falta de mano de obra. Con la progresiva jubilación de la mayoría de los técnicos experimentados, los perfiles junior se quedan sobre el terreno con escasa capacitación y formación, cuando la instalación de cables de fibra requiere ciertas precauciones y conocimientos específicos. Además, los operadores de telecomunicaciones y sus subcontratistas tienen dificultades para contratar técnicos, por no mencionar la alta rotación de equipos a los que tienen que enfrentarse.
Esta escasez de mano de obra, unida a la necesidad de desplegar rápidamente redes de fibra, a veces provoca situaciones difíciles para los operadores de telecomunicaciones, como la construcción de redes sin cumplir las normas de calidad y seguridad, y operaciones mal programadas. Esto da lugar a conflictos entre contratistas y contratados, difíciles de arbitrar sin pruebas sólidas del trabajo realizado y correctamente realizado.
Por ello surge la pregunta: ¿cómo construir y desplegar correctamente una red de fibra óptica?
Veamos con más detalle los principales problemas a los que se enfrentan los operadores de telecomunicaciones y sus subcontratistas que instalan redes de fibra óptica :
Controlar los plazos de un proyecto de construcción de red
Los operadores deben evitar retrasos en la entrega de los equipos de fibra o en la transición a la fase de conexión del usuario (llamada fase de traspaso). El uso de auditorías in situ es habitual para comprobar que la entrega de una obra por parte de los subcontratistas está bien realizada. El aspecto manual de este proceso se debe sobre todo a la falta de documentación de las operaciones y de centralización de la información, lo que naturalmente hace que lleve más tiempo.
Estas auditorías aleatorias a veces revelan defectos (equipos mal instalados, una zanja que no respeta el tamaño establecido, etc.) que se declaran a posteriori, y requieren una ampliación del plazo de traspaso. A menudo, son necesarias varias visitas a las obras para constatar las anomalías, repararlas y validarlas definitivamente. Los operadores de infraestructuras deben entonces solicitar prórrogas de las autorizaciones de explotación, un proceso que puede llevar tiempo y, por tanto, añadir un retraso adicional. Además, algunos municipios aplican penalizaciones por retrasos, lo que aumenta el coste global del despliegue de la red.
En el Reino Unido, los proveedores alternativos de redes de banda ancha ("AltNets") requieren una licencia urbanística por tiempo limitado (hoja de ruta) operar parte de las redes de los operadores de infraestructuras para instalar su propia red. Las AltNets se arriesgan a sanciones por parte de los propietarios de las redes y los ayuntamientos si no se cumplen los plazos.
Garantizar los ingresos asegurando una buena experiencia al usuario
El objetivo de todo operador es ofrecer un funcionamiento sin incidencias de la red, para garantizar una buena experiencia del cliente y evitar así la fuga de clientes. En algunos casos, el operador de infraestructuras también ejerce de operador comercial y sufrirá las consecuencias económicas de una mala experiencia del cliente: compensación en forma de reembolso de un mes de abono al cliente, por ejemplo, o, lo que es peor, la pérdida de ingresos por la baja del abonado por un operador competidor.
Documentación fiable de las operaciones
El despliegue de las redes se ve facilitado por subvenciones públicas: en Alemania y Bélgica, es obligatorio documentar determinados procesos relacionados con la apertura de zanjas tomando fotografías cada 50 metros, como una obligación de transparencia hacia los municipios. Sin embargo, no es obligatorio hacer fotos de todas las fases, y los datos no siempre están centralizados, lo que complica el acceso a la información.
Además, los operadores de infraestructuras necesitan actualizar el sistema de diseño de su red en tiempo real con datos de campo para seguir el progreso del despliegue.
Proteger el valor de su infraestructura
Las inversiones que se han utilizado para desplegar la fibra deben afianzarse, sobre todo porque ha llegado el momento de la consolidación en países saturados por el número de operadores de fibra, como el Reino Unido y Alemania. Por tanto, es esencial referenciar los equipos que permiten el funcionamiento de la red, sin los cuales los operadores no dispondrán de pruebas sobre el estado de su infraestructura de fibra y, por tanto, sobre su valor.
Recomendaciones
- Es imprescindible establecer un control automatizado de la conformidad de los trabajos realizados por los subcontratistas. De este modo, podrán corregir posibles anomalías cuando se detecten y así evitar nuevas intervenciones, que pueden ser muy costosas y complejas cuando la red ya está en servicio. Por lo tanto, es esencial detectar los errores lo antes posible para reducir al mínimo las visitas a las instalaciones. Esto acelerará de manera natural el despliegue general de la red.
- Además, es necesario proporcionar información en tiempo real a los técnicos sobre el cumplimiento de su acción laboral mediante el análisis de las imágenes que toman sobre el terreno. Para incrementar sus posibilidades de realizar bien todas sus tareas y no olvidar que ninguna tiene un impacto positivo en su productividad. Esto, a su vez, mejora la tasa de éxito de las operaciones de despliegue de fibra óptica a la primera, un concepto también denominado ‘First Time Right‘. Esto supone una verdadera mejora de la eficacia para los equipos sobre el terreno y los responsables de las operaciones.
- La automatización del control de calidad también reduce los costos asociados al mismo, disminuyendo drásticamente el procesamiento manual por parte de los equipos de back-office y acelerando los plazos de aprobación. Al basar la validación de los trabajos en el análisis fotográfico, los operadores también pueden automatizar la facturación de los subcontratistas (o a sus propios técnicos cuando los contratan). Hay que tener en cuenta que, incluso automatizando el control de calidad y la facturación gracias a la IA, solo los casos más complejos se remitirán a los agentes de back-office, permitiéndoles gestionar un número cada vez mayor de operaciones, sin aumentar sus costes de cumplimiento de la normativa.
Es evidente que construir redes sostenibles es fundamental para controlar los costos operativos de los operadores encargados de desplegar infraestructuras de fibra óptica: las nociones de rapidez, la excelencia operativa y la trazabilidad son, por tanto, fundamentales.